Entra en un bar clandestino de la Nueva York de los años veinte

Entra en The Blind Pig, un bar clandestino de la Nueva York de los años veinte que visitan Newt, Jacob, Tina y Queenie en Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

Si eres una bruja o un mago buscando un trago en la Nueva York de 1926, no puedes hacer aparecer uno. Para empezar, la protección del anonimato de una comunidad mágica es demasiado importante como para correr el riesgo de un truco como ese. Pero, además, la película está ambientada en la época de la Ley Seca, cuando el alcohol era ilegal en Estados Unidos. Precisamente por eso, los bares clandestinos se hicieron muy populares en los años veinte. Era a estos antros subterráneos adonde la gente iba para un cóctel subidito de tono. Las bebidas alcohólicas estuvieron prohibidas desde 1920 hasta 1933, así que Animales fantásticos está justo en medio de esta época de alto secreto para el hedonismo.

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Los vestidos de Tina y Queenie cambian por arte de magia.

Este establecimiento se llama The Blind Pig y aquí vemos a Tina y Queenie Goldstein de pie a su puerta, cambiando mágicamente sus ropas.

La pintura del muro que hay tras ellas tiene la función de disimular la entrada a The Blind Pig. Los diseñadores gráficos de Animales fantásticos, Miraphora Mina y Eduardo, Lima la diseñaron para que pareciera un anuncio de lápiz de labios, que viene a la vida si se te reconoce como alguien mágico.

«Lo basamos en anuncios de maquillaje de la época —dice Eduardo—. La paleta de colores, el tipo de letra, el aire que tiene».

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Tina, Newt y Jacob en el bar clandestino The Blind Pig.

Una vez entras en el bar, te encuentras dentro de una combinación de la imaginación de J. K. Rowling y de Stuart Craig, el diseñador de producción. Stuart utilizó una arquitectura familiar para crear este húmedo y peculiar espacio en el que se reúnen criminales e inadaptados.

«Existe una lógica arquitectónica y estructural para esta clase de espacio subterráneo. El Metro de Londres y el de Nueva York tienen baldosas esmaltadas. Los ladrillos esmaltados son un material que va muy bien para construir este tipo de espacio subterráneo abovedado, porque son impermeables», me cuenta Stuart.

«Como con Harry Potter, aun cuando estamos tratando con el mundo mágico, seguimos procurando algo que sea totalmente creíble, que posea una cierta autenticidad intrínseca. Este espacio es un ejemplo. Es arquitectónica y estructuralmente posible, perfectamente construible, e incluso familiar en cierto sentido».

Queenie y Jacob visitan el bar clandestino The Blind Pig.
Queenie y Jacob visitan el bar clandestino The Blind Pig.

Entonces ¿cómo haces que un espacio parezca sacado de un mundo en el que la magia convive con la realidad?

«Buscas una manera de exagerarlo, de contar la historia con realismo —dice Stuart—. ¡La exageración en este caso era sobre todo la suciedad! El agua se filtra entre los ladrillos; las manchas, el moho y el liquen crecen por todas partes… eso es lo divertido de esto. El largometraje es un medio dramatúrgico, no un documental. Exige este tipo de exageración, y el aspecto de The Blind Pig es muy típico de ese proceso».

Bueno, no serían los «locos años veinte» sin una visita a un antro deliciosamente frío y húmedo.

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